Saturday, January 13, 2018

EN EL OCASO DE LOS SUEÑOS


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Esta tercera visita a la íntima morada nos lle-va de la mano a subirnos a la barca de Caronte. ¿Qué sonidos podrán escucharse durante el trayecto? Tal vez debieran ser sonidos bajos, metálicos. ¿Qué imágenes debieran venir a nuestra mente? Tal vez alguna alegoría de la parca provista de Guadiana o de plano una transfiguración de nosotros mismos a meros restos, cadáveres dispuestos a ser carcomidos por gusanos. ¿Seremos luego capaces de vernos fallecidos? Supongo eso es imposible, pues siempre que recreemos un sitio donde estemos, estaremos y por tanto tendremos alguna forma de existencia, así juguemos a que estamos muertos. Por eso es usual que cuando alguien nos pregunta si no morimos solos hace mucho tiempo, la única respuesta que encontramos es que no, que no somos el muerto. Jamás hemos de ser el muerto. Por ende, la reflexión que podemos hacer sobre las ocurrencias tras de habernos precipitado al averno solamente son viables si asumimos que somos un espectro. Si aceptamos ser una figura irreal, imaginaria, entonces podremos referir las vivencias de un no-ser posterior al deceso, puesto que sólo a los fantasmas les es dado que tenga.

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